jueves, 21 de agosto de 2014

Vivir del arte

Siempre he tenido cercanía con lo que se refiere al "arte"...
desde pequeña tuve lápices y pinceles por doquier y nunca me limitaron a ocuparlos, por esta razón la casa siempre tuvo dibujos míos en paredes y puertas, donde aún después de varias capas de pintura seguían apareciendo tímidamente hasta hoy.

Mi papá estudio pedagogía en artes y aunque nunca ejerció como tal, fue capaz de transmitirme esa libertad y el disfrute que sentía haciendo lo que le gustaba. Mi madre por otro lado toda la vida ha tenido la habilidad de aprender mirando, desde niña admiré como era capaz de sacar un punto de un chaleco, un telar, cómo teñir un bolso o hacerme una trenza con tan sólo ver durante un rato quién la llevaba. Sin embargo la vuelta a las artes y al arteterapia fue larga... fue necesario tomar ciertas decisiones que me hicieron valorar y disfrutar aún más lo que hoy hago. 

Participé en mil y un taller que se dictaba en Balmaceda 1215, tenía promedio 7 en artes y siempre mis regalos más preciado a quienes quería era una obra hecha por mí... a pesar de ésto entré a estudiar leyes a la UdeC; estuve 3 años pasando por fuera de la Pinacoteca para llegar a la facultad y si tenía tiempo entre certámenes y clases pasaba a dar una vuelta a la exposición de turno. 

Sin embargo derecho no era lo mío, por más que me hice la idea llegó un momento en que ya no podía seguir estudiando algo que más que gustarme me frustraba . . . fue entonces cuando decidí retirarme, dar nuevamente la PSU y estudiar algo que me llenara por completo, estudiar una carrera que me motivara a ir más allá de lo que me podían enseñar, y así fue como terminé estudiando Artes Visuales a un costado de la transitada Pinacoteca.

Pero la historia no termina ahí. Luego de licenciarme de Artes e influida en gran parte por mis padres (que llevan años dedicándose a la rehabilitación de drogodependencia) y una gran amiga de la vida, opté por especializarme en Arteterapia  cursando un maravilloso diplomado en Viña del Mar, que me entregó todo eso que ni siquiera sabía que me faltaba...

Y hoy me siento feliz, capaz de aprender recíprocamente de cada una de las personas que aparecen en mi vida, disfrutando y entregando lo mejor de mi en cada oportunidad y en cada cosa que hago con una sonrisa de oreja a oreja.

Y aunque dicen que no se puede vivir del arte, yo no me imagino viviendo de otra manera
=)

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