lunes, 22 de septiembre de 2014

El error como posibilidad

Muchas veces se tiene la convicción de que el arte consiste en una representación prolija, ejecutada a la perfección cumpliendo con todos los patrones preestablecidos de lo que se entiende por tal. Por otra parte el error siempre es una transgresión, desviación o uso incorrecto de una norma.

En el momento que el arte se aparta de la presión normativa del academicismo (dado de forma notoria a lo largo del siglo XX a través de las vanguardias) aquella diferencia que exponen las ciencias exactas como una deficiencia, en el arte obtiene un sentido positivo, pasa a ser una alternativa a lo establecido que ofrece un sin fin de posibilidades.

Por esta razón quienes nunca han experimentado más allá en las artes plásticas presentan cierta incomodidad al momento de pintar, modelar o recortar, sin embargo cuando se cambia el objetivo del quehacer artístico, sin un parámetro de medición de por medio, obtenemos una situación totalmente distinta tanto en el proceso como en el  resultado.

Frecuentemente se evalúa en base al error y a la perfección como polos totalmente opuestos dentro de las distintas técnicas plásticas, tecnológicas, soportes y medios audiovisuales, así mismo se intenta suprimir este "error", pero en su uso también se oculta una posibilidad estética e ideológica. Muchas veces fallar en un trazo o pintar de otro color sobre un lienzo, nos devuelve una imagen imposible de concebir de otra manera. Los límites se desdibujan y se nos presenta la “verdad” sin simulaciones. Líneas, manchas, ondas, rayas y formatos que se van definiendo constantemente en sus errores. Esto es lo que lo hace único, revolucionario y bello al error. Allí reside su valor. Cuando el error pasa a ser la perfección en sí, el disfrute del proceso es incuestionable.

La finalidad de las artes es poder expresarnos en todo nuestro esplendor, manifestar por medio de la pintura, la danza, el teatro, la música... aquello que nos sucede, lo que sentimos y lo que queremos compartir. Las producciones y reflexiones de Luigi Russollo y John Cage en la música, Marcel Duchamp en las artes visuales, Nam June Paik, y Wolf Vostell, entre otros, no hacen más que continuar la propuesta de inclusión del error en el ámbito artístico y confrontar los usos habituales que nos rodean estética y culturalmente.



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